La leyenda que vamos a
analizar, se titula “La promesa”, y es una del conjunto de las tantas leyendas
que escribió Gustavo Adolfo Bécquer, allá por el siglo XIX.
En este siglo hubo demasiados cambios que hicieron que
nos convirtiésemos en la sociedad actual como, el inicio de las revoluciones
industriales y burguesas, la aparición nuevas corrientes de pensamientos y el
establecimiento de la sociedad de clases, en la que la nobleza fue sustituida
por la burguesía. Incluso, se instauró un sistema liberal que permitía la libre
expresión de sentimientos y emociones. A finales del siglo XIX, comenzamos a
observar diversidad de tendencias culturales muy diferentes que ofrecían
multitudes formas de interpretar la realidad.
El texto es de carácter narrativo porque su intención
comunicativa es informar de los hechos que les ocurren a los personajes;
Margarita (l.1), conde de Gómara (l.21), el escudero (l. 92), el juglar (l. 174),
hermanos de Margarita (l. 55-58), Ejercito de Don Fernando (l. 115) y el Rey
Salomón (l. 180); en un lugar y tiempo determinado. El subgénero que trata este
texto, es la leyenda, pues cuenta una historia real, a la que se le introducen
hechos ficticios. Como elementos lingüísticos de la narración, observamos el
empleo de verbos de acción y movimiento: levantaba (l.4), deslizándose (l.2),
callará (l.33), dejado (l.11). Además, también encontramos verbos en presente;
es
(l.16), ves (l.19), dicen (l.30), parte (l.21), abandono (l.26). A lo largo del
texto podemos observar el empleo de pret. perfectos e imperfectos. En cuanto a
los pret. perfectos que tenemos son, prosiguió
(l.18), acabó (l.10), ahogó (l. 32), removió (l.31). Por otro lado,
observamos el empleo de pret. imperfecto, estaba (l. 4), apagaban (l.8),
levantaba (l. 4), lloraba (l.1). Además, encontramos pret. pluscuamperfectos, habían
escapado (l.18), habían dejado (l.11).
En cuanto al tema principal, podemos decir que es la
muerte de la amada al saber la verdad. Pero, además, aparecen más temas en el
texto, los podemos observar con mucha claridad a lo largo del transcurso de este,
el amor engañoso y la muerte; ya que el conde se hizo pasar por un escudero
para enamorar a su amante, y al irse a la guerra, su amante descubre quien es
en realidad. Tras ello cae desmayada y le conduce a la muerte. Respecto al
resumen, es:
El
conde de Gómara va a la guerra, de donde le promete volver a su amante y ve una
extraña mano que le salva. Más tarde escucha a un juglar cantando un romance
relacionado con su amor y se da cuenta de la situación con Margarita, que había
fallecido tras enterarse del desengaño, de quien era la misteriosa mano.
En cuanto a la estructura externa, nos encontramos frente
a un texto de 3430 palabras que están distribuidas en 242 líneas, y a su vez en
14 párrafos que son variables y oscilan entre las 500 palabras a excepción del
séptimo párrafo con casi 1000 palabras. Podemos encontrar la parte narrativa, “Y
todo callaba alrededor y parecía respetar su pena.” (l. 7), “Así transcurrieron
algunos minutos… las mayores estrellas.” (l. 10- 13). Igualmente, podemos
observar la parte dialogada, “-¡Es imposible... imposible!” (l. 16), “-Margarita,
para ti el amor es todo, y tú no ves nada más allá del amor.” (l. 19)
En cuanto a la estructura interna, observamos que las ideas del texto se plantean en
planteamiento, nudo y desenlace:
1-
Planteamiento (l. 1-63):
Margarita
se enamora del conde, y este le promete a la joven regresar
2-
Nudo (l. 64-212):
Acaba
la guerra y se informa de la situación de su amante.
3-
Desenlace (l. 213-242):
Se
casa con la mano de su amada.
Como
texto narrativo que es, encontramos elementos estructurales propios, el
narrador, los personajes y el marco. El narrador es aquel que cuenta la
historia dentro del relato. Hay varios tipos de narrador, en este caso, nos
encontramos ante un narrador externo, pues habla en 3º persona, lloraba (l.1),
estaba (l. 4), callaba (l. 7)… Y omnisciente, puesto que no solo cuenta lo que
ve, sino que explica cómo se sienten los personajes, “Y todo callaba alrededor
y parecía respetar su pena.” (l. 7), “Pedro rompió al fin aquel silencio… como
si hablase consigo mismo” (l. 14-15).
Refiriéndonos
a los personajes, todos son reales. Los personajes principales son el conde de
Gómara, el cual se hace pasar por un escudero, que se hace llamar Pedro, para
enamorar a Margarita; y Margarita que esta locamente enamorada del falso
escudero, Pedro. En cuanto a los personajes secundarios, tenemos al juglar, que
hace chistes sobre los ballesteros y le informa al conde de la situación de
Margarita en forma de romance; y al escudero, que se preocupa mucho por el
conde; además, observamos la presencia en el texto del Rey Salomón, los
hermanos de Margarita, y el ejército de Don Fernando, los cuales son personajes
fugaces, es decir, que aparecen en la historia, pero no influyen en el
transcurso de esta. El protagonista es el conde de Gómara. El ejército de Don
Fernando es un personaje colectivo, mientras que los demás personajes que
aparecen en la leyenda, son individuales. La mayor parte de los personajes son
planos, es decir, no cambian su forma de pensar o de ser a los largo del texto;
a excepción de Margarita, que al principio está muy feliz, porque estaba
enamorada, y al saber quién era realmente Pedro, fallece; y el conde, que
engaña a Margarita y al final se casa con la mano de Margarita que no cubre la
tierra. A lo largo del relato, los personajes se caracterizan directa e
indirectamente, podemos observarlo directamente porque el narrador u otro
personaje transmite información sobre como son, “-Margarita, para ti el amor es
todo, y tú no ves nada más allá del amor.” (l. 19), “…Margarita levantó sus
ojos llenos de lágrimas…” (l. 31); por otro lado podemos observarlo
indirectamente a través del diálogo y el comportamiento de los personajes, “-¡Es
imposible... imposible! (l. 16), “-¡Pedro!” (l. 45).
Como podemos
observar, la acción del relato es de orden lineal, es decir, el comienzo se
sitúa en el planteamiento de la historia hasta llegar al desenlace.
Para
acabar, hablaremos del marco. El espacio principal donde se desarrolla la
historia es en la ciudad de Sevilla, aunque diversas escenas ocurren en Gómara,
y en la tienda de campaña del conde, espacio interior. En cuanto al tiempo
interior, es decir el tiempo que duran los acontecimientos narrados en la
historia, observamos que pasan varios días e incluso meses; el tiempo exterior,
donde se localiza esta historia, da a pensar que es en la Edad Media.
A
continuación analizaremos las tipologías textuales que hay en el texto. En
primer lugar, la tipología textual principal es la narrativa, ya que estamos
ante un texto de carácter narrativo, lo que podemos observar en el uso de
verbos de acción y movimiento, levantaba (l.4), deslizándose (l.29),
callará (l.33), dejado (l.11)… también en el empleo de verbos en presente que
encontramos en, ves (l.19), dicen l.30, parte (l.21), abandono (l.26). …y en
pretérito como en pret. perfecto, prosiguió (l.18), acabó (l.10), ahogó (l. 32), removió (l.31).
y en pret. imperfecto, estaba (l. 4), apagaban (l.8), levantaba (l. 4), lloraba
(l.1). Además, observamos el empleo de pret. pluscuamperfecto en, habían
escapado (l.18), habían dejado (l.11), y pret. perfecto compuesto en, he
servido (l.24), he calentado (l.25).
Entre otras tipologías que podemos encontrar en
los textos narrativos, tenemos la descripción. Como característica principal
que podemos encontrar en el texto, vemos el abundante uso de sustantivos,
rostro (l. 1), lágrimas (l. 2), viento (l. 8)…, y adjetivos, entrecortada (l.
15), cariñoso (l. 18), suave (l. 18)… Además vemos el empleo de verbos
atributivos, es (l. 16), es (l. 20), soy
(l. 24)…, y por tanto en oraciones atributivas, “Margarita, para ti el amor es
todo… y es mi deber (l. 17-18), “¡Es imposible... imposible!” (l. 16).
Y para
finalizar con las tipologías textuales, destaca el diálogo. Podemos encontrar
diversos elementos propios de esta tipología. El narrador deja que sean los
personajes los que hagan avanzar la historia a través de su propia intervención
empleando para ello el estilo directo. Este se caracteriza por el empleo de
verbos de habla o pensamiento, hablase (l. 15), exclamó (l. 45), pronunciar (l.
46). Además cada intervención de los personajes, está introducida por guiones,
“¡-Es imposible… imposible!” (l. 16), “No llores, por Dios” (l. 35). Otro rasgo
de esta tipología, son los tiempos de los verbos, en presente, es (l. 16),
ves
(l.19), dicen (l.30), parte (l.21), abandono (l.26); pret. perfecto, acabó (l.10),
ahogó (l. 32), removió (l.31); pret. imperfecto, apagaban (l.8), levantaba (l.
4), lloraba (l.1); pret. compuesto perfecto, he servido (l.24), he calentado (l.
25); pret. pluscuamperfecto, habían escapado (l.18), habían dejado (l.11). Se
caracteriza además por el empleo de distintas entonaciones, como son las
oraciones interrogativas, “¿Dónde está… de Gómara? (l. 28); y las exclamativas,
“- ¡Es imposible… imposible!” (l. 16).
Respecto
a las relaciones semánticas, podemos encontrar variedad de ellas. Podemos
empezar observando el empleo de sinónimos, soto y prado (l. 7, 240), amor y cariño (l. 19, 20). Además,
podemos observar el uso de antónimos, angustioso y cariñoso (l. 14 y 18), vida
y muerte (l. 160, 112), comenzaban y
apagó (l. 8, 10). También observamos el empleo de campos semánticos, ojos,
mejillas, frente, labios (l. 4, 2, 3, 27) hace alusión a los elementos del
rostro, árbol, luna, estrellas, viento, campo (l.9, 11, 13, 8, 8), estos hacen
alusión a los elementos de la naturaleza. Además encontramos también
polisemias, acento (l.18), pajes (l. 29), peones (l. 71), y tierra (l. 160). A
continuación analizaremos las funciones del lenguaje que podemos encontrar en
el texto, la función apelativa intenta llamar la atención de los personajes, “Margarita,
para ti el amor es…” (l. 13) “-¡Es imposible... imposible!” (l. 11).Incluso nos
podemos encontrar con la función informativa o representativa, la cual solo
pretende informar, “Margarita lloraba con el rostro oculto…” (l. 1), “El real
de los cristianos se extendía…” (l.140). Y por último la expresiva, muestra el
estado del ánimo, “El conde de Gómara estaba en la tienda sentado en un escaño
de alerce, inmóvil, pálido, terrible…” (l. 92), “El conde de Gómara, acompañado
de su fiel escudero, atravesó por entre los animados grupos sin levantar los
ojos de la tierra, silencioso, triste…” (l. 166-168).
En
conclusión, tras el análisis podemos decir que se trata de un relato de carácter narrativo, pues recoge los
elementos característicos de este tipo de textos.

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